Un cero y dos unos

Un cero y dos unos (2016) / Escultura / Galería MACA (Bogotá) / En colaboración con Nicolás Gómez (esculturas de pared)

15844633_10154101740591791_4407555256402184550_o
15937164_10154101739901791_2814155293926399782_o
15895614_10154101740596791_2366239427271423804_o
15895938_10154101740971791_9047338155791862027_o
15936724_10154101739881791_8563292896611221766_o
15937243_10154101740586791_3748238860309305728_o
15995199_10154101741691791_8361281785353285812_o
15972509_10154101741091791_8428159449663299791_o
15972744_10154101741521791_6560479932297597981_o
15994348_10154101739951791_8743275122577786805_o
GetFileAttachment

Esta es una exposición que reúne obras de dos artistas: Lucas Ospina y Nicolás Gómez. Unas son blancas, las otras son negras. Unas son de piso —se miran abajo— otras son de muro —se miran arriba. Unas son inventadas, otras son encontradas. Unas son construidas, otras naturales. Unas son hieráticas, otras son móviles. Unas ascienden y otras descienden. Unas brillan, otras son opacas. Unas son ensambladas, otras son instaladas. Unas son extrovertidas, otras algo tímidas. Unas son pudorosas, otras van directo a la entrepierna. Y resulta que estas obras son esculturas, pero son esculturas pintadas; es decir que son pinturas o esculturas; qué más da.

Dos unos vienen siendo cada uno. Pero hay un cero. El cero no es el punto de partida, tampoco es el de llegada: es el punto en potencia para la partida o la llegada. El cero es aun contingencia y posibilidad de ser, y solo puede ser uno. Ahí están las obras de dos artistas. Unas son blancas, las otras son negras.